Sala de la Encomienda Santiaguista, Yeste y Taibilla
La defensa gira en torno un entramado de castillo y atalayas, de origen musulmán que los cristianos conquistaron y ampliaron.
Estas fortalezas, interconectadas entre si, se trasmitían las señales de peligro mediante hogueras de noche, humaredas de día y activamente mediante exploradores buenos conocedores del terreno.